Tan diferente es nuestro amor, que yo me convertí en la mujer esa, de la que tanto me burlaba, esa que deja todo cuando ama y tú sólo me quieres con amor de ese, del que se empeña en calmar mis demonios, y yo te quiero aún siendo uno de ellos.
Tan diferentes somos que tú te ahogas en el mar donde siempre he nadado; yo justifico tu llegada sin maletas creyendo que eres fanático de la improvisación y tú ni siquiera tocas la puerta, porque no pretendes quedarte; porque a mi me gusta quedarme y dejar huella, y a ti huir y dejar cicatrices.
Tan diferentes somos, que yo escribo miles de historias en tu espalda y tú eres un libro con páginas en blanco al que le arrancas las hojas cada vez que algo te sale mal; yo bailo sin música y tú necesitas una orquesta para tararear.
Tan diferente es nuestro amor, que lo único que le da vida a lo nuestro es mi esperanza; tú prometes como hablas y yo jamás prometo nada porque no quiero fallarte.
Tan diferentes somos que a pesar de ponerte a ti sobre todas las cosas y quererte como nunca a nadie, aprendí ya que perdiendo a veces se gana y si no, se aprende; que cuando se quiere con el alma y la balanza no está equilibrada, hay que dejar ir, decir adiós y continuar.
¿Y tú? Tú vas a estar bien, lo sé porque las personas que sólo piensan en uno mismo, siempre están bien.
Mariel Barradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario